Las nuevas regulaciones tributarias para promover a los emprendedores deben promover la formalidad y la cultura tributaria pero también deben adaptarse a la capacidad contributiva de los emprendedores lo que promoverá la generación de empleo y la reactivación de la economía de abajo hacia arriba.
Durante los últimos años, los emprendimientos o también conocidos como “startups”, han adquirido bastante protagonismo debido a que consisten en ideas innovadoras y revolucionarias que tienen como objetivo despegar un negocio en el mercado de las Tecnologías de la Información y Comunicación.
No obstante, desde nuestra perspectiva y visión, un emprendimiento también es: i) la tienda de barrio que quiere abrir un micro mercado, ii) el taller mecánico que quiere sofisticar su servicio iii) una persona que tiene el “know how” para desarrollar una aplicación innovadora que involucre la ciencia y la tecnología, o también iv) un conjunto de personas que quieren reinventar la prestación de servicios con ideas innovadoras.
De esta manera, los emprendedores, para ingresar en un mundo de negocios altamente competitivo, requieren de diversos incentivos, esfuerzos públicos, privados y regulaciones que les permitan despegar (en inglés “start-up”).
Durante la cuarentena, las nuevas regulaciones se han enfocado en crear programas para el apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa, sin embargo, estos incentivos y apoyos no alcanzan a los emprendedores, quienes no forman parte del tejido empresarial, puesto que se encuentran en una etapa anterior de inicio, puesta en marcha de su negocio que aún carece de regulación.
La ausencia de un régimen específico, genera que los emprendedores, al inicio de sus proyectos, se vean obligados a cumplir regulaciones diseñadas para empresas con mayor capital e ingresos, lo que, en materia tributaria, por ejemplo, plantea dos problemas: (1) Que los emprendedores opten por iniciar negocios informales para evitar las cargas regulatorias y tributarias que se les impone, o; (2) Que los emprendedores se establezcan con cargas tributarias no acordes a su capacidad contributiva, lo que podría limitar seriamente su crecimiento o en el peor escenario, llevarlos al fracaso.
En el contexto anterior, es necesario que, post cuarentena, se promuevan nuevas políticas y medidas, en especial, tributarias, enfocadas en la reactivación de nuestra economía y el fortalecimiento del tejido empresarial, a través de regulaciones diseñadas para emprendedores.
Este tipo de regulaciones tributarias, deben caracterizarse por ser flexibles, amigables y adecuadas a la capacidad contributiva de los emprendedores, lo que les permitirá ser competitivos, mientras el Estado promueve su formalidad, generando una cultura tributaria de ambición, que los lleve a ser los grandes contribuyentes de mañana.