Este 26 de abril, día mundial de la Propiedad Intelectual, nos encuentra en un escenario económico nuevo, difícil y exigente en el que las creaciones del intelecto humano se hacen más visibles y necesarias.
De la mano de todo proyecto empresarial se destaca ahora con mayor evidencia que antes, la imperante necesidad de innovar, no solo en productos, sino también en procesos y procedimientos.
Han cambiado los cánones de intercambio y códigos de interacción en el mundo de la economía global, y ello ha redundado en el fortalecimiento de los Derechos de Propiedad Intelectual como vehículos para apoyar el desarrollo económico de las empresas y por tanto de los países. Hay nuevas necesidades que satisfacer, la demanda de bienes y servicios se ha transformado rápidamente y todo ello, implica creación e innovación que deben estar protegidas bajo el paraguas de la Propiedad Intelectual.
Toda posible inversión, desarrollo o emprendimiento, deberá contar con el respaldo de unos Derechos Intelectuales acertadamente conferidos por el Estado que otorguen un marco de confianza a sus titulares, para seguir desarrollando proyectos. Más importante que nunca, la necesidad de las empresas de desarrollar estrategias de protección sobre sus intangibles, que pueden venir de muchas formas y pueden ser protegidos con la amplia gama de posibilidades que ofrecen los Derechos de propiedad intelectual, desde las más evidentes marcas, hasta procesos internos, conocimientos, identidades visuales, e innovaciones entre otros, que deben ser identificados y protegidos correctamente para poder brindar mayor valor y seguridad a la empresa.
La pandemia ha cambiado la forma en que estudiamos, trabajamos y en general desarrollamos la cotidianeidad, nos ha enseñado a que el ser humano tiene una infinita capacidad de creación, y son precisamente los resultados de esa capacidad que desde PPO Abogados buscamos proteger.