Nos encontramos en una época que se caracteriza por avances tecnológicos y cambios en el panorama energético global, lo que ha derivado en un cambio de interés de la industria minera desde minerales industriales tradicionales, como el estaño o el zinc, hacia aquellos de creciente relevancia, como el litio, los minerales tecnológicos y tierras raras, gracias a que estos minerales son decisivos para la producción de baterías, circuitos electrónicos, microchips y otros componentes electrónicos de alta demanda en la actualidad.